viernes, 18 de mayo de 2012

Jorge Bucay

ILUSIÓN
Había una vez un campesino gordo y feo
que se había enamorado (¿como no?)
de una princesa hermosa y rubia...
Un día, la princesa - vaya usted a saber por qué -
dio un beso al feo y gordo campesino...
y, mágicamente, éste se transformó
en un esbelto y apuesto príncipe.
(Por lo menos, así lo veía ella...)
(Por lo menos, así se sentía el...)

DARSE CUENTA 
Me levanto una mañana,
salgo de mi casa,
hay un pozo en la vereda,
no lo veo
y me caigo en él.
Día siguiente...
salgo de mi casa,
me olvido que hay un pozo en la vereda,
y vuelvo a caer en él.
Tercer día.
salgo de mi casa tratando de acordarme
que hay un pozo en la vereda,
sin embargo,
no lo recuerdo,
y caigo en él.
Cuarto día,
salgo de mi casa tratando de acordarme,
del pozo en la vereda,
lo recuerdo,
y a pesar de eso,
no veo el pozo,
y caigo en él.
Quinto día,
salgo de mi casa,
recuerdo que tengo que tener presente
el pozo en la vereda,
y camino mirando el piso,
y lo veo,
y a pesar de verlo,
caigo en él.
Sexto día,
salgo de mi casa,
recuerdo el pozo en la vereda,
voy buscándolo con la vista,
lo veo,
intento saltarlo,
pero caigo en él.
Séptimo día,
salgo de mi casa,
veo el pozo,
tomo carrera.
salto,
rozo con la punta de mis pies el borde del otro lado.
pero no es suficiente y caigo en el.
Octavo día,
salgo de mi casa,
veo el pozo,
tomo carrera,
salto,
llego al otro lado!
Me siento tan orgulloso de haberlo conseguido
que festejo dando saltos de alegría....
y al hacerlo,
caigo otra vez en el pozo.
Noveno día,
salgo de mi casa,
veo el pozo,
tomo carrera,
lo salto,
y sigo mi camino.
Décimo día,
me doy cuenta
recién hoy.
que es más cómodo
caminar...
por la vereda de enfrente